5(41) PECES TRAUMATOGÉNICOS Y ACANTOTÓXICOS DEL RIO URUGUAY Y RIO DE LA PLATA SUPERIOR









        PECES TRAUMATOGÉNICOS Y ACANTOTÓXICOS DEL 
       RIO URUGUAY Y RIO DE LA PLATA SUPERIOR

C. Prigioni 1), A. Sappa  2) y M. Trindade 3)

En memoria de los ictiólogos Julio Ricardo Carrera y Carlos Ríos Parodi.

A dos leguas entra otro, que es nombrado el Río Negro, que Hum tenía por nombre. Aquí en nuestro tiempo se han hallado pescados semejantes muchos al hombre, aquesto de pasada lo he tocado, ninguno de leerlo aquí se asombre, que, siendo Dios servido, en otro canto diré cosas de vista y más espanto.”
Martin del Barco Centenera, 1573

Resumen
Se efectúan  consideraciones sobre la nómina de peces reportadas para el rio Uruguay, sus afluentes y el Rio de la Plata Superior, capaces de generar  accidentes traumatogénicos o acantotóxicos  en el hombre.

Abstract
Considerations are made on some fish species, reported for the Uruguay River, its tributaries and the Rio de la Plata Superior, capable of generating traumatogenic and acantotoxic accidents in man.

1) prigionicarlos@gmail.com 2) sappalvaro@gmail.com, 3) trindademario@gmail.com

Introducción


Es importante aclarar que las especies que se incluyen aquí están citadas para el rio Uruguay, río Paraná inferior o Rio de la Plata superior en aguas uruguayas y/o  argentinas y  algunas si bien no citadas para nuestro país, por la proximidad geográfica, tienen la posibilidad  de que ocurran en el curso del Rio Uruguay o alcanzar  aguas   rioplatenses uruguayas.
El accidente humano causado por peces marinos o de río se denomina ictismo (Fundacao Nacional de Saude, 2001). Algunas especies causan accidentes por picaduras o mordeduras, provocados o espontáneos. Estos accidentes  ocurren cuando la víctima invade el ambiente de estos animales (accidentes espontáneos) o los manipula (accidentes provocados). Cabe destacar que la invasión del habitat de una especie podría considerarse también como una provocación.
Los accidentes traumáticos o vulnerantes son causados por dientes o espinas no relacionados con glándulas venenosas, determinando en la superficie del cuerpo humano lesiones de longitud y profundidad variables.
Para aquellos accidentes considerados acantotóxicos, Loureiro (2006) indica que los órganos inoculadores se desarrollan a partir de radios endurecidos de las aletas, los huesos del cráneo (en la zona opercular), las escamas u otras osificaciones dérmicas. Existe un órgano tubular incluido en dos pequeños surcos de la porción ósea del órgano. Se trata de cintas plegadas de epidermis que no conforman una glándula y que hundidas en la piel mantienen contacto con el resto de la epidermis por medio de una cinta de tejido conectivo. En esa cavidad tubular  se ubican células que segregan la ponzoña y el epitelio posee una sola capa de células. La chuza (simple o múltiple) de los chuchos (Potamotrygonidae) tiene una estructura especial que incluye un integumento con un particular tejido conectivo que cuando el pez se defiende y clava la estructura defensiva ese recubrimiento aprieta las células y libera la secreción.
Accidentes traumatogénicos

Entre ellos tenemos: pirañas (Serrasalmidae), tarariras (Erythrinidae) y tiburones (Carcharrhinidae) (en este último caso  la posible presencia de Carcharrhinus leucas).
El síntoma principal es el dolor en el sitio de la herida, que puede ser  lacerante, acompañada de sangrado local. Dependiendo de la ubicación y extensión del trauma, puede ocurrir excepcionalmente la muerte.

Tiburones (Carcharrhinidae)

Si bien no figura en la lista de peces del Uruguay (Nion, Ríos y Meneses 2016), el tiburón toro (Carcharhinus leucas) sí está referido para la costa bonaerense.
La cita para el Rio de la Plata corresponde a Chiaramonte, 1998, basada en dos mandíbulas  de la especie depositadas en la colección ictiológica del MACN (Museo Argentino de Ciencias Naturales) con los números 6873 y 6874, colectadas por E. Siccardi en costas de la Provincia de Buenos Aires, ingresadas en el año 1976.
Es una de las principales causantes  de ataques, en diversas zonas del mundo. Ingresa  en cursos de agua dulce y puede permanecer meses allí. Este autor consigna que la naturaleza esporádica del tiburón toro en el la costa de Buenos Aires sería indicativa de cambios estacionales en  la temperatura del agua influenciada por cambios de corriente. Esta  especie habita normalmente en los mares subtropicales y tropicales, entrando en aguas templadas durante los períodos de aguas cálidas. Se incluye en esta nómina  por ser factible su presencia en aguas uruguayas.

Pirañas (Serrasalmidae)

Para nuestro país están citadas cuatro especies de pirañas o palometas bravas (Argentina) de los genero Pygocentrus y Serrasalmus (Nion et al. 2016 op.cit.): P. nattereri, S. marginatus, S. rhombeusS. spilopleura. Los accidentes (provocados) ocurren, por lo general, al manipular el pez en líneas y otras artes de pesca (pescadores deportivos) o en redes y/o espineles (pescadores artesanales) pero en los últimos años se ha dado casos de ataques espontáneos a bañistas tanto en el rio Paraná como en el Uruguay.
 En estos casos las lesiones involucraron las manos y pies. Las condiciones para la ocurrencia de ataques estarían vinculadas a situaciones muy excepcionales, como altas temperaturas, bajo nivel del río y masivo ingreso de gente al agua (Serra et al 2019).
Existen varios reportes de prensa con ataques de pirañas en el rio Uruguay que han sido relacionados con olas de calor o bajante del rio:

25 de diciembre 2013, ataques registrados cerca de la represa de Salto Grande, Argentina.

22 de enero 2014: una mujer fue mordida en uno de sus dedos del pie y derivó en una herida profunda. Su novio también recibió mordeduras, pero con heridas menores en sus miembros inferiores.

30 de enero 2014 :  ataques  fueron registrados  en las playas del lago de Salto Grande del lado de Concordia (Argentina), hecho que determinara que se colocaran mayas plásticas y metálicas, además de anunciarse en su momento la clausura por varios días.

Las pirañas aparecieron al mediodía y en las primeras horas de la tarde, cuando ascendió la temperatura del agua. Se reportó que los cardúmenes llegaron a atacar al ganado vacuno, principalmente provocando heridas en la ubre. Similares eventos fueron confirmados, hace años, a uno de los autores (C.P.) por la familia Conti, en la arrocera homónima del departamento de Artigas, sobre el rio Uruguay.

En 2015 la situación fue diferente. La creciente borró las playas del litoral y la temperatura de las aguas fue inferior a la que había en enero de 2014. Fuentes de la Prefectura Nacional Naval indicaron que no se registraron denuncias de bañistas por ataques de pirañas.

Febrero 2019 : al menos dos personas resultaron mordidas  en el Lago de Salto Grande, concretamente en la zona de Villa Constitución y en la zona de Corralitos.(Uruguay)
Uno de los ataques fue sufrido por una mujer  a quien las pirañas mordieron en los dedos de los pies. El otro caso fue el de un pescador  quien recibió dos mordidas, una en el dedo pulgar del pie y otro en el anular (Diario local Cambio).

https://misionesonline.net/2017/01/24/ reporta mordidos por pirañas en la playa de Miguel Lanús de Posadas (Misiones, Argentina) un matrimonio con  importantes lesiones en sus pies.

No existe evidencia de casos mortales de ataques de pirañas a seres humanos y si de carroñeo sobre cadáveres de personas que fallecieron ahogadas, atribuyéndose el consumo a Pygocentrus naterreri y Serrasalmus spilopleura (dos de las especies presentes en Uruguay) en Mato Grosso, Brasil (Sazima & de Andrade, 1987).

En Surinam (Mol, Jan H. 2006) se han llevado a cabo ataques de pirañas contra bañistas. En dos aldeas aisladas en el río Wayombo , la mayoría de las víctimas eran niños. En una aldea, se produjeron 30 ataques de pirañas en un período de 12 años, las mordeduras se produjeron principalmente en los pies y las lesiones fueron relativamente menores. En la segunda aldea, los ataques ocurrieron en un período de 7 años, y las lesiones fueron más graves, incluida la pérdida de dígitos y heridas grandes y profundas en piernas, brazos y tronco. Dos víctimas fueron atacadas por varias pirañas simultáneamente. En el tercer sitio, un parque recreativo en el río Surinam, la mayoría de los ataques involucraban un solo mordisco en los pies y las víctimas podían caminar de regreso a la playa sin ser atacados por otras pirañas. Los ataques de pirañas en humanos no causaron muertes. La recuperación de una falange del dedo del pie (río Wayombo) y un trozo de carne que incluyó un clavo (río Suriname) del estómago de dos pirañas identificó a los peces responsables de los ataques como Serrasalmus rhombeus. Los ataques a seres humanos  se asociaron con altas densidades de pirañas  en la estación seca, altas densidades de presas humanas, conmoción en el agua por parte de los humanos y derrames de alimentos, despojos de peces o sangre en el agua.

Agostinho et al 1997, reportan para el rio Ivinheima inferior (cuenca rio Parana) que la frecuencia de ataque en peces en red se correlacionó positivamente con la temperatura, y fue más intensa a temperaturas superiores a 25 ° C. La mayoría de los ataques de pirañas fueron diurnos, y los ataques fueron más intensos entre las 1200 y las 1500 horas.


Bagres (Siluriformes) potencialmente traumatogénicos

Sobre Siluriformes exóticos de agua dulce y gran tamaño, capaces de producir ataques a seres humanos , se ha reportado al goonch (Bagarius yarrelli) que habita las cuencas del Indo y del Ganges, sureste de la India, cuenca del Mekong, del Xe Bangfai en Laos,  Indonesia (fish base.com Bagarius yarreelli) y al siluro (Silurus glanis)  con una amplia distribución en Europa y Asia y al guálago asiatico (Wallagoo attu), entre otros. En principio ninguno de esos ataques, que implicaron desaparición súbita de la superficie, se ha confirmado y el hallazgo de restos humanos en sus estómagos podría estar indicando el consumo de cadáveres de ahogados o cuerpos parcialmente cremados. Sin embargo se han reportado casos donde la persona atacada pudo huir evidenciando en alguna parte de su cuerpo marcas (muchas veces erosiones producidas como por pequeños dentículos propios de algunos grandes siluriformes) que confirmaron un ataque por  una especie de pez no identificado.

De otras especies de Siluriformes  sudamericanos como el piraiba (Brachyplatystoma filamentosum) (fig.11 A) y el manguruyú negro (Zungaro jahu) (fig.11 B), también existen reportes, no confirmados, de ataques a seres humanos en el Brasil. Incluimos  aquí estas dos especies por su comportamiento agresivo y como potencialmente peligrosos en sus tallas máximas.
El piraiba (B. filamentosum), es el siluriforme de mayor porte con records de 3,60 m. y un peso de 200 kg (Fishbase.com). Su presencia fue mencionada por Liotta et al 1996 (p. 28) para  el  Paraná Medio, Pvcia. de Corrientes (citando a Meinken 1937). Lo consideran una especie rara y de presencia dudosa. No está citado para aguas uruguayas.
Langeani et al 2007 citan por primera vez a esta especie, para el Delta del Paraná, ampliando su distribución 800 kms hacia el Sur. Para la Argentina el registro anterior de la especie correspondía al Paraná Medio en la Provincia de Corrientes.
Existen varios reportes no confirmados de ataques a seres humanos, principalmente en el Brasil.

Sobre el manguruyú negro (Zungaro jahu), Larrañaga(1923), menciona que: “Silurus Mangurullú (sic)  4 p. de largo y es á proporción grueso la cabeza ancha, pero no tan larga como el pato. 6 cirros que no pasan de la cabeza. La aleta dorsal poco áspera en su primer radio ano 9, y la B es de 7 7, — la segunda es larga y arqueada. La de la caudal apenas tiene un seno. Su color es negro por encima, sin pintas y blanco p.r debaxo. Lo demás como todos los de su familia. Por lo visto es de los más grandes ó el mayor pescado de este Río.”

Azara, 1847,   en su Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata Cap. IV, menciona que: “..hay mangurnis de más de cien libras…. Aunque es fabuloso el yaguaro, ninguno es tan famoso   entre el vulgo del Paraguay. Suponen que escarba con prontitud increíble    por debajo del agua las barrancas de los ríos, hasta que las hace derrocar sobre las embarcaciones.”

D´Scragnolle, 1868 relata que: “ Esta especie es sumamente voraz y no duda en atacar al hombre. La resistencia que tal monstruo hace cuando es capturado con anzuelo es prodigiosa y no son raros los ejemplos de grandes canoas dada vueltas durante la pesca.” “En nuestro pasaje por el Aquidauana un soldado fue arrebatado por un jaú.”

La especie esta listada para la ictiofauna uruguaya (Nion et al op. cit.) pero no existen registros materiales depositados en colecciones nacionales (Marcelo Loureiro com. pers).

Un extraño accidente, que permanece sin explicación, ocurrió  en la desembocadura del rio Dayman en el rio Uruguay  (Los Corralitos), departamento de Salto, en marzo de 1987, donde una chica de 17 años desapareció sorpresivamente de la superficie. No existen pruebas para confirmar que  el ataque haya sido producido por un  gran ejemplar de siluriforme como Zungaro jahu , pero cabe destacar que su cuerpo nunca fue hallado pese a una intensa búsqueda con  la intervención del cuerpo de buzos de la armada.

La prospección hidroacústica presentada por Fotti et al 2008, sobre el cauce del río Uruguay, se extendió hacia cada margen según las condiciones de navegación entre la Meseta de Artigas (Margen Uruguaya) y la Represa de Salto Grande, excluyendo los sectores de baja profundidad en la zona de Salto Chico, próximo a las localidades de Concordia (Argentina) y Salto (Uruguay). El relevamiento acústico estuvo orientado a evaluar la presencia de peces en toda la columna de agua.

En la zona más profunda del área de veda (16-22 m) se detectaron blancos relacionados con peces de gran porte, no identificados, en cercanías de sectores del fondo con topografía abrupta y máxima profundidad. (Fig.12).

Para Argentina y especialmente para zonas próximas a la desembocadura del Rio Paraná o Rio de la Plata Superior, existen antiguos reportes de ejemplares de Z. jahu, de gran tamaño, (1,68 m) capturados a comienzos del siglo XX, frente a la La Plata (MacDonagh 1937) . Ringuelet, 1967 lo cita para el Rio de la Plata (Buenos Aires) y Rio Paraná,San Pedro y Liotta et al ,1996 (op.cit.) para San Nicolás, Buenos Aires.

Llompart et al 2011, Registran 3 juveniles de 45,9 mm en campañas realizadas durante el verano de 2007 en la Reserva Natural Punta Lara, Costa Rio de la Plata, Buenos Aires, Argentina. Agregan que alcanzan tallas de 1,5 m y son cazadores muy agresivos en ocasiones acechando a sus presas en la desembocadura de ríos y arroyos.
No es de descartar que ejemplares de Zungaro jahu arrastrados por crecientes del Paraná puedan ocurrir en aguas del rio Uruguay o costas del rio de la Plata frente a Colonia y San José.
La construcción de represas sobre los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay se han constituido como una eficaz interrupción de los movimientos migratorios de muchos peces. Asimismo la sobrepesca y los niveles de contaminación han generado un severo declinio que influye sobre la ocurrencia de especies como el manguruyú negro (Z. jahu) que en el pasado lograban alcanzar tallas  y pesos corporales muy importantes.
Serra et al 2019 (op.cit.) establecen que la represa de Salto Grande, en funcionamiento desde 1979, si bien cuenta con dos escalas de peces de tipo Borland, es una barrera para la migración de muchos peces. Estudios realizados en la represa apuntan a que las escalas son útiles para el pasaje de especies de peces de pequeño tamaño, pero aparentemente poco efectivas para las principales migradoras, en especial para sus tallas mayores.

Ataques de tarariras (Hoplias spp.)

Los accidentes  espontáneos con tarariras (Hoplias sp.) han sido reportados   por medios de prensa y por trasmisiones orales de involucrados en los accidentes.
Existen casos citados para Córdoba, Argentina donde el 27 de diciembre de 2017, cuando bañistas fueron mordidos en el río San Antonio, vado El Fantasio y en Tortuguita donde dos personas fueron mordidas, entre ellas a una niña que debió ser derivada al hospital local ( fig.) (https://radiomitre.cienradios.com/carlos-paz-tarariras-atacaron-a-banistas/).
En Guarupá, Posadas, Misiones también se reportaron ataques en 6 de enero de 2014 (ttps://www.iprofesional.com/notas/177734-); https://www.nortecorrientes.com/article/21322/en-posadas-ahora-atacaron-tarariras  Dos adultos y una menor sufrieron mordeduras, por lo que se decidió evacuar el balneario de esa localidad situada a unos 16,5 kilómetros de la capital misionera.
Para la zona Este de  Uruguay, cuenca de la Laguna Merin, hemos recopilado relatos de ataques espontáneos ocurridos en manos y pies en ocasión de personas que se bañaban en ríos, arroyos y embalses (India Muerta, Rocha) o que se lavaban las manos en un camalotal  (Eichornia sp.) de un azude próximo a Sans, Ruta 17, Treinta y Tres.

Especies hematófagas

De los Trichomycteridae (Siluriformes) solo está citado Pseudostegophilus maculatus  especie hematófaga, que se fija preferentemente, en las branquias de otros siluriformes. La presencia de otros peces hematófagos también llamados candirú, que pueden provocar  accidentes introduciéndose en la uretra humana como ocurre con otra especie en la amazonia, no ha sido comprobada  hasta el momento para el rio Uruguay o el rio Paraná.(Serra et al 2019 op.cit.).

Accidentes acantotóxicos

En el accidente con peces venenosos o acantotóxicos, ocurre una herida punzante o lacerante acompañada de dolor inmediato e intenso al comienzo, que dura horas o días. El eritema y el edema son regionales, en algunos casos afecta toda la extremidad afectada. En casos severos, linfangitis, reacción ganglionar, absceso y necrosis de los tejidos en el sitio de la herida. Las lesiones, cuando no se tratan, pueden tener una infección bacteriana secundaria, tomando semanas para sanar y dejando cicatrices indelebles. Manifestaciones generales como debilidad, sudoración, náuseas, vómitos, mareos, hipotensión, shock e incluso la muerte también están descritas.
Los eventos considerados ponzoñosos o acantotóxicos son causados principalmente por rayas de río (Potamotrygon sp.), por bagres marinos (Genidens sp.) que ingresan a cursos de agua dulce en la estación reproductiva y Pimelodella brasiliensis.
Los peces acantotóxicos tienen espinas puntiagudas y dentadas, rodeadas de una vaina de tegumento bajo la cual se encuentran las glándulas venenosas en las aletas dorsales, pectorales o de la cola.
Los accidentes generados por rayas, por ejemplo, son de carácter necrotizante y el dolor es el síntoma prominente. La ponzoña de las rayas (Potamotrygonidae) se compone de polipéptidos de alto peso molecular. Su composición incluye serotonina, fosfodiesterasa y 5-nucleotidasa. Es una ponzoña termolábil similar en la mayoría de las especies de este grupo.
Loureiro 2006 op.cit. incluye a los mochuelos (Ariidae), armados y marietas (Doradidae), manduvíes, buzos y cuerudos (Auchenipteridae), bagres, patíes, (Pimelodidae) y  limpiafondos (Callhychtydae).
Negrin y Pose (2006), Monteiro et al 2011. establecen que las sustancias inoculadas contienen serotonina, fosfodiesterasas, 5-nucleotidasa, ácido glutámico, aspártico, valina, glicina y leucina.  Agregan que las notificaciones al CIAT  de accidentes producidos por organismos acuáticos, seguramente se encuentran muy por debajo del número real de accidentes. Consignan que las sustancias toxicas de los “bagres” de nuestra región no han sido suficientemente estudiados.
Las complicaciones son abscesos, ulceras de difícil cicatrización, infecciones bacterianas secundarias, incluyendo gangrena gaseosa y tétano. Por esas complicaciones se puede llegar a la perdida de segmentos del cuerpo.
El tratamiento debe tener como objetivo aliviar el dolor, combatir los efectos del veneno y la prevención de infecciones secundarias.
Las heridas deben lavarse inmediatamente con agua o solución salina. Luego sumergir en agua caliente (temperatura tolerable entre 30 y 45 grados) o coloque en la parte lesionada una compresa caliente durante 30 o 60 minutos. El propósito de esto es producir alivio del dolor y neutralizar el veneno que es termolábil. Se debe eliminar el epitelio de las espinas lacerantes y otros cuerpos extraños. Realizar la sutura de la herida empleando  lidocaína al 2% sin vasoconstrictores. Debe dejarse un drenaje y la profilaxis antitetánica, antibióticos y analgésicos deben indicarse correctamente, cuando sea necesario.
El pronóstico, en general, es favorable, incluso en casos con curación tardía, con la excepción de los accidentes causados ​​por las rayas.

Chuchos o rayas (Potamotrygonidae)

Están citadas tres especies de rayas o chuchos de rio del género Potamotrygon : P. brachyura, P. motoro y P. hystryx. (Nion et al op. cit.).
Existen reportes de accidentes  producidos por rayas de este género. Si bien la mayoría de las veces la víctima no logra identificar la especie agresora, por razones de frecuencia de aparición, atribuimos tentativamente,  en principio, la mayoría de los accidentes a P. brachyura. Generan heridas provocadas por la espina/s aserradas que portan en la base de la cola las cuales están recubiertas por un tegumento que porta células productoras de sustancias toxicas. Los eventos, por lo general,  se producen en pies y piernas en bañistas y pescadores que inadvertidamente las pisan,  generándose una reacción inmediata del pez. Geográficamente los sitios de los accidentes corresponden a bañistas  y en menor medida a pescadores,  en el Rio Uruguay y Rio de la Plata Superior.

Pardal 2018, destaca que la mayoría de los accidentes demoran de una a tres horas para recibir atención médica hospitalaria, posiblemente, debido a que la mayoría  ocurren fuera del área urbana (cosa que entendemos no ocurre en nuestro país donde el tiempo que media entre el accidente y la atención en un centro hospitalario es sensiblemente menor). Se observa que la demora en recibir atención está relacionada íntimamente con un aumento de la gravedad, debido a que se trata de heridas con un alto potencial de autoinfección (Pardal, 2002). En todos los casos, los que tuvieron complicaciones relacionadas a los accidentes, tardaron más de 24 horas para recibir atención.

En lo que respecta a las actividades realizadas por las víctimas, se observó que la gran mayoría eran bañistas que se encontraban en su momento de ocio cuando fueron atacados.  Estos resultados son coincidentes con otros estudios que demuestran la mayor frecuencia de este tipo de accidente en el momento del entretenimiento en ríos, lagos y corrientes (Pardal, 2002; Garrote Neto & Haddad JR, 2010; Julio et al, 2011).

El dolor agudo, desproporcional al tamaño de la herida, es la principal característica de la injuria causada por la raya de agua dulce, y está presente en todos los casos, siendo la más extrema durante las primeras horas del accidente, conforme a lo referido por la literatura (Fundacao Nacional de Saude, 2001; Pardal, 2002; Haddad J.R., 2008; Lameiras, 2013). El dolor fue la principal queja relatada en todos los casos, manifestándose inmediatamente después del accidente con gran intensidad, acompañado de edema y eritema local. En un accidente acantotóxico puede ocurrir una herida puntiforme o lacerante, que viene siempre acompañada por un dolor intenso, que puede durar horas y hasta días (Pardal et al, 1999; Fundacao Nacional de Saude , 2001, op.cit.; Brisset et al, 2016). Las manifestaciones locales, son regionales y en algunos casos, afectan a todo el miembro (Fundacao Nacional de Saude, 2001; Pardal, 2002; Vidal, et al 2006; Vidal et al, 2013). Las heridas, cuando no son tratadas de manera adecuada, tienden a evolucionar con una infección bacteriana secundaria, tardando semanas para curar y dejando cicatrices permanentes (Fundacao Nacional de Saude, 2001; Pardal, 2002; Vidal et al, 2013).
El 69% de los casos presentaron manifestaciones sistémicas, siendo la fiebre el principal síntoma presentado, generalmente asociado al proceso infeccioso secundario local. En estudios semejantes (Júlio el al, 2011 op.cit.), la fiebre estuvo presente en la mayoría de los casos. Esta señal es un síntoma frecuente, por tratarse de una reacción orgánica contra determinados patógenos infectantes. 
La mayoría de los casos presentados evolucionaron para una infección secundaria y produjeron abscesos, en concordancia con algunos estudios (Júlio el al, 2011 op.cit.; Brisset et al, 2016). El proceso infeccioso, presente en la mayoría de los casos de accidentes de esta naturaleza, se encuentran asociados a la microbiota presente en el moco de la picadura (Pardal, 2002; Vidal et al, 2013). Las lesiones lacerantes abiertas aumentan las probabilidades de infección, tornándose en una de las principales causas de la no cicatrización de las heridas. Se sabe que las lesiones provocadas por animales acuáticos, como las rayas, pueden ser infectadas por microorganismos ambientales tales como la A. hydrophila y Pseudomonas spp.

Negrin y Pose 2006 op.cit. enumeran los gérmenes hallados en procesos infecciosos secundarios: Enterobacteriaceae como Klebsiella pneumoniae (26,80%), Enterobacter sp. (16,27%), Escherichia coli (16,27%) y  la aplicación de antibióticos.
Estos autores agregan que algunos autores indican la necesidad de aplicar metil prednisolona (30 mg/kg) diluído en suero glucosado al 5% a pasar en 15 minutos de modo de atenuar el efecto inflamatorio.

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Fig. 6 - A) Pygocentrus nattereri, B) Serrasalmus spilopleura (Serra et al 2019)



Fig. 9 - A) Hoplias lacerdae, B) Hoplias aff. malabaricus (Serra et al, 2019)


                         









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